miércoles, 17 de marzo de 2010

2ª Ronda ''El relato de mi abuelo'' By:Davikss!!!

Segunda historia escrita por Davikss!!! en el concurso a día 1 de Marzo del 2009
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David: he estado en lugares que ninguno de ustedes jamás se puede haber imaginado, he explorado hasta el rincón más pequeño del planeta tierra, pero les puedo decir que ninguno de estos lugares se ha comparado con aquel extraño lugar al cual viaje aquel día….

Volvía de una de mis travesías por el medio oriente, llegue a mi casa muy cansado y ansioso por mostrarle al mundo lo que había descubierto, un pequeño artefacto de cristal con forma de un sol con una inscripción en el centro, la cual no había podido descifrar.

Calme mis ansias mientras me duchaba y comía, después de esto decidí seguir con mi faena. Busque en todos los libros de simbología, cultura y lenguas antiguas que tenía en mi biblioteca, pero solo encontré descifrar las dos primeras palabras de aquella inscripción “el pasaje”. Un poco confundido decidí acostarme a dormir y seguir con mi trabajo al día siguiente, me preparaba para acostarme, cuando por curiosidad le eche un último vistazo a aquella pieza, para mi sorpresa la forma de aquella pieza había cambiado, ahora en vez de tener la forma de un sol había tomado aspecto de una media luna, me acosté en mi cama con el objeto en mis manos mientras lo observaba, hasta que comencé a conciliar el sueño, miles de ideas pasaban por mi cabeza, todas asociadas a aquel objeto. Luego de unos minutos logre quedarme dormido.

Al día siguiente cuando desperté, sentí una extraña sensación de tranquilidad, sin explicación alguna, me dirigí directamente a la puerta de mi casa, como si algo me atrajera desde afuera, mientras más me acercaba, más tranquilidad sentía dentro de mí. Cuando me encontré a unos dos metros de la puerta, esta se abrió suavemente y una fresca brisa estremeció todo mi cuerpo, sentía como mis poros se refrescaban con aquella cálida brisa, ya mis ojos se empezaban a cerrar cuando me di cuenta que caminaba por un estrecho túnel totalmente oscuro, lo único que pude divisar a unos cincuenta metros aproximadamente, fue una luz muy brillante.

Caminando sin poder parar, comencé a pensar que estaba muriendo, pero justo en el momento en que esta idea comenzó a invadir mi mente, un resplandeciente brillo envolvió todo mi entorno. Cuando mire hacia abajo me encontraba parado sobre el vacio, pensé que iba a caer, pero descendí suavemente sobre una roca inmensa, totalmente cubierta de flores de todos los tipos, las cuales deleitaban mi vista y mi olfato con una variedad de aromas y colores.

Lo único que pude divisar en el centro de este maravilloso lugar fue un espejo más o menos de mi tamaño, cubierto de aquellas bellas flores. Me le acerque a verlo por curiosidad, pero cuando estuve frente a este espejo no me vi reflejado en el. Muy confundido me le acerque mas para poder tocarlo y ver que sucedía, pero cuando puse mi mano sobre la superficie de este, me di cuenta de que no era solida, era una especie de liquido muy espeso.

Antes de poder quitar mi mano, algo salió bruscamente del espejo y me sostuvo jalándome hacia él, no me pude resistir y sin poder hacer nada, solo cerré mis ojos y me deje llevar por aquella extraña cosa. Sentí como pase atreves del espejo; justo en el momento en que la ultima parte de mi cuerpo paso atreves de él, aquella extraña fuerza se detuvo, abrí mis ojos y no pude creer lo que estaba viendo; estaba parado sobre una especie de pilar muy pero muy alto, tan alto que al ver por las orillas de esta hacia abajo solo veía el vacio, este pilar no era el único, avían montones de estos, unos más altos que otros, todos separados a largas distancias del resto y todos muy estrechos. Los vi con mucho asombro, pues estos pilares eran creaciones (aparentemente) de los antiguos griegos, luego de unos minutos mi asombro y mi emoción fueron disminuyendo, al darme cuenta que no avía forma de poder moverme de donde me encontraba, pues el espacio que tenia para desplazarme por el pilar era apenas de unos 3 o 4 metros.

El pánico comenzó a invadir mi mente cuando un estruendoso sonido retumbo el cielo y el radiante sol que inundaba de luz este lugar, se fue opacando poco a poco. Dirigí mi mirada hacia el sol y vi como miles de creaturas aladas y enormes volaban atreves de todo el cielo. Unos segundos después comencé a sentir como se acercaba una especie de ave con un tamaño colosal. Mi corazón latía sin parar y yo comenzaba a temblar, pero justo en el instante que pensé que aquella creatura iba a descender sobre mí, se lanzo en picada hacia el inmenso vacio, perdiéndose de mi vista.

Trate de tranquilizarme pero antes de poder tomar aliento, un aire caliente soplo detrás de mí. Al voltearme para ver la razón de este extraño aire, vi el inmenso asicó de un dragón blanco, tan grande que solo veía su enorme cabeza flotando desde el vacio, con una mirada fija sobre mí, como si estuviera examinando poco a poco todo mi cuerpo. Al ver esto, miles de sensaciones estremecieron mi cuerpo, pero extrañamente no sentía miedo hacia esta imponente creatura.

Un instante después el dragón se fue elevando hasta cubrir toda la claridad que llegaba hacia el pilar donde yo me encontraba, levanto su enorme cabeza, agito sus alas, dio un par de vueltas alrededor del pilar y descendió nuevamente a mi lado, pero esta vez era su cuello lo que estaba a mi altura.

Sin siquiera dudarlo, me monte sobre él y al parecer no le molesto en lo absoluto pues apenas me senté en su cuello agito nuevamente sus alas y comenzó a desplazarse atreves de todos los pilares a una gran velocidad.

Unos pocos minutos después de haber dejado atrás el pilar donde me encontraba, comencé a darme cuenta, que poco a poco los pilares ya se iban acabando, hasta llegar un momento en el que quedamos suspendidos en la nada, nuevamente el dragón se lanzo en picada, me sostuve como pude de el, pero no logre aguantar, y lo solté cayendo al vacio. Trate de sostenerme de algo, pero no avía nada, hasta que por fin pude descender sobre una suave superficie toda cubierta de plumas blancas, que caían desde el cielo como si fuera una refrescante lluvia. Al levantar mi mirada, me di cuenta de que no estaba solo, montones de enormes águilas rodeaban el lugar, algunas volando, otras descansando y unas pocas comiendo, ninguna de estas trato de acercarse a mí. Luego de un rato de ver aquel bello paisaje todo cubierto de plumas blancas, me puse de pie y seguí el único sendero que había.

Camine durante un par de horas viendo lo mismo por donde pasaba (las gigantescas aves), luego de un rato, justo al final del sendero, el enorme dragón yacía acosado, como esperando mi llegada, al verme se puso de pie rápidamente, estiro sus alas y bajo su cuello para que yo pudiera montarlo.

En el mismo momento que sintió mi pie en su cuello, comenzó a bolar. Me acomode como pude y me prepare para lo que seguía, pero definitivamente no me prepare lo suficiente, pues lo que viví a continuación, no tenía comparación con lo anterior; el dragón me llevo atreves de una oscura cueva donde no pude distinguir nada, al salir, vi el lugar al que yo avía estado investigando toda mi vida, el tártaro, la prisión más profunda del infierno, impactado por lo que estaba mirando no me di cuenta de que aquel manso dragón ya no era blanco y calmado, ahora su cuerpo tomo una tonalidad rojiza, y me lanzo de su cuello tratando después de aplastarme con sus enormes patas, corrí todo lo que pude, hasta darme cuenta que ya no tenía al dragón detrás de mí. Camine por aquel horroroso lugar, mientras enormes llamas sofocaban mi cuerpo, y yo cada vez me sentía más confundido, pues no entendía por qué después de aquella maravillosa experiencia, tenía que a ver pasado por aquí.

Unos minutos después, mi fije que ya no me perseguía un solo dragón, si no que ahora eran cientos de ellos los que estaban tras de mi lanzando sus enormes llamaradas y rugiendo como vestías, ya yo estaba muy cansado como para seguir corriendo, y ya muchas de aquellas llamas me avían alcanzado, decidí rendirme y me deje caer sobre aquel suelo duro y caliente.

Veía como todas esas enormes vestías volaban sobre mí como, esperando mi muerte, como asquerosos buitres. Decidí relajarme, pues ya mi muerte se acercaba y de nada me serviría desesperarme, poco a poco me sentí mas en armonía con migo mismo y me di cuenta de que siempre después de la tormenta viene la calma, y ya mi calma estaba por llegar, serré mis ojos por última vez, pensando en que no los iba a volver abrir jamás, pero pasado unos segundos, pensé que merecía ver un último rayo de luz antes de partir, y para mi sorpresa, cuando volví a abrirlos vi el techo de mi cuarto.

Sorprendido, revise mi cuerpo a ver que avía pasado con aquellas quemaduras, ya no tenía ninguna. Me puse de pie y todo estaba totalmente igual a como avía estado antes de que yo me durmiera solo que ahora era de día. Dure unos segundos asimilando esto, me puse de pie y algo callo en el suelo, aquel crista avía vuelto tomar forma de sol, me le acerque y para completar mi sorpresa, la inscripción avía tomado sentido, pues estaba escrita en nuestro idioma “El pasaje hacia tus sueños”. En ese momento lo entendí todo, aquella pieza me trasladaba hacia mis sueños y mis pesadillas.

Desde ese día viaje todas las noches hacia ese maravilloso mundo, siempre viendo algo diferente, pero siempre mostrándome la misma enseñanza de diferentes formas, “los seres humanos somos seres muy maravillosos, como aquellos bellos lugares, tenemos nuestros errores, como aquellos desperfectos de los sueños “las pesadillas”, pero siempre si queremos, podemos ser mejores, superando los obstáculos de la vida y aprendiendo de ellos”.

David: te dejo este objeto a ti mi querido nieto, espere que algún día aprendas a vivir la vida, como en tus sueños.

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